Marra y El Milagro en Asunción

Adrenalina a flor de piel

Aquí, aunque en desorden para algunos, contamos nuestra experiencia en Marra y El Milagro, dos de las tantas maravillas de Asunción, a casi una hora y media de Cajamarca. 

Han sido tres las veces en total que hemos visitado Asunción, con el proyecto rodando, quiero decir. La primera, exploramos guiados por Neiser tres caídas de la catarata El Milagro, quedé muy sorprendida y llena de dudas, imaginando cuantas miles o millones de cataratas y cascadas existen en todo el mundo, incluso las que aún no se han descubierto.

Salimos a las seis de la mañana de Cajamarca y estuvimos allá a las siete y media, aproximadamente. Desayunamos en el casi único restaurante ubicado en la Plaza de Asunción, luego de recorrer la pérgola, las escalinatas, las bancas y grabar la primera parte de nuestra aventura en ese colorido lugar. Neiser nos dio el encuentro y partimos ya avanzados de tiempo, es curioso visitar El Milagro, debes llegar a las caídas más altas para iniciar tu visita bajando. 

No hay muchas cosas que puedan compararse a ver correr el agua en los ríos o deslizarse por caídas, es muy cautivador, muy tranquilizante, muy inquietante, como si el agua te llamara... 

Desde el puente vimos hacia abajo y apreciábamos piedras gigantescas, que entre ellas hacían un camino para que el agua siguiera su rumbo. Para visitar las caídas de El Milagro, debíamos entrar y salir, entrar y salir, en este caso con "entrar", me refiero a descender y por primera vez, sentí que tardábamos más en bajar, que en subir. Al llegar a la tercera caída vimos que, sinceramente, era la catarata, cargada de agua, alta y para Neiser y Elviz, tentadora. 

La segunda vez que fuimos, iniciamos con Marra, ahí fuimos también con Ginno, quien nos aseguró para hacer canyoning, que consiste en descender acompañado de un caudal de agua. Marra está a unos diez minutos a pie de Asunción y tiene una caída como extendida, la cantidad de agua varía según las temporadas, la encontramos en buen tiempo por suerte. 

Sinceramente, yo no sabía que ese día haríamos barranquismo, así que no fui preparada, de hecho hasta ese momento no sabía si iba a ser capaz de lanzarme (bajar, debería decir). Por alguna razón el sol débil me dio fuerza, porque el día se esforzaba por no lloviznar y eso me dio mucha valentía. Ginno y Ney bajaron primero y yo desde atrás lo veía muy nerviosa, luego me tocaba, también con Ginno.

Esa era mi segunda vez usando una cuerda para bajar, la primera fue en el Castillo de Cumbemayo, pero confié en Ginno, dado que sé cómo se asegura y además ya había bajado con Neiser, en ese caso yo era una pluma. 

Me puse un short, usé mi polo y medias, sí porque vi que mi pie no se resbalaba y en ese momento (cuando eres inexperta), lo único que quieres es aferrarte a lo más seguro para seguir viva. Me pusieron el arnés, lo aseguraron, las cuerdas y en un parpadear ya estaba al filo, pidiéndole a Ginno que tenga paciencia y que no me suelte, ni avance hasta que me sienta segura. Elv me tranquilizaba (como ya sabe hacer), me daba fuerza y me decía "sí puedes", me gustaría decir "efe", pero no, así que bajé al mismo tiempo que Ginno. 

Me deslicé despacio, viendo dónde pisar, el agua me empezó a mojar las piernas, luego la cintura , el pecho y bueno, el aire parecía que se escapaba, pero trataba de mantener la calma. Miraba a Ginno y trataba de olvidar mis miedos para hacerle caso cuando me decía "salta", pero sinceramente mi cabeza y mi cordura ya se habían desplomado junto con el agua que pasaba por mí hace tres minutos (en ese momento). La parte central fue lo más caótico y aventurero de ese día, pues una parte se hundía y la sensación de no tener nada bajo los pies genera pánico automático. 

Así que muy segura de las cuerdas, de Ginno que me acompañaba y de mi Elv que estaba para llevar noticias sobre mí, solté la soga y me deslicé como el agua, no hasta abajo por supuesto, pero ya solo tuve que dar cinco pasos abajo para llegar. Esa fue la parte que me dejó con ganas de querer volver a intentarlo, esas son las partes que van construyendo mi valor.

Elv, bajó con un amigo de Neiser, él como siempre muy seguro y avezado, yo de abajo le decía como pisar, pero honestamente gritar me ayudaba más a mí que a él, porque uno, no me escuchaba y dos, él lo ha hecho más veces que yo.

Así pues, la tercera vez que vi a nuestro grupo descender, recordé muy feliz todos los sentimientos que invadieron mi cuerpo cuando lo hice, pero definitivamente a lo lejos parecían mucho más confiados, aunque recibirlos abajo era otra historia, ya una vez cambiados y abrigados, se sentían muy bien, realizados y felices de haber vivido esa experiencia.

Rebobinando a la segunda vez (estoy contándoles tres visitas en una sola, espero que estén menos confundidos que yo), fuimos a la tercera caída de El Milagro, a ver de qué forma podíamos arreglar algo bonito para nuestra tercera ida (la salida), y aunque la lluvia nos acechaba, nos permitió concluir con la inspección. Ahí se deslizaron solo Ginno y Neiser, vieron la forma de atar, de asegurar y para la tercera ida, ya con nuestro grupo, fue increíble.

Primero bajaron Neiser y Ginno, instalaron el sistema y el primer valiente fue mi Elv, luego Katty, César, Lucía, Marianela, Brayan, Jhonny y para probar la experiencia, su servidora. 

Antes de descender, al capturar las fotos, vi sus caras llenas de emoción, dudas, miedo, valentía, llenas de todo, creo que ahí pude verlos más, fue muy bonito compartir esto que estamos empezando a hacer, cualquier duda la resolvimos juntos, nos sentimos muy seguros y aventureros, por su puesto.

Bajar por El Milagro fue completamente distinto, no te mojabas directamente, pero la brisa de la caída de la catarata al costado era suficiente para salir por completo, mojado. Pero iniciemos desde arriba, fui a cambiarme, me puse una casaca impermeable, para no alterar a mi pecho y me introduje en el arnés, bajé con cuidado la  primera grada, el reto de todos, para pisar el borde. Una vez listos, debíamos dar como unos tres pasos hacia abajo y un ligero salto para quedar en noventa grados e ir soltando la cuerda poco a poco. 

El secreto creo que es ver dónde pisas antes de bajar y claro, dirán "que sencillo". Sí, es muy sencillo, pero el punto es acordarte de pensar en eso cuando tienes toda la adrenalina encima, un precipicio abajo y las ganas de llegar exitosamente. Una vez superada la primera parte y cuando mi cuerpo ya estuvo en "L", cara al frente se veía la majestuosidad pura de esa catarata, desde arriba, antes de bajar, no se podía ver el verde intenso de las orillas acaudaladas que plantas silvestres mojadas, el color brillante de las rocas mostazas oscuras o la fuerza del agua caer y generar cientos de burbujas y esas olas de río; deslizar la cabeza al otro lado y ver la pequeñez del hombre, como todos arriba y abajo se veían tan chiquitos... entender el poder de la naturaleza por cantidad, sabiduría y grandeza. Eso fue increíble para mi corazón y creo que para el de todos. 

Para todos quienes nos acompañaron, el orden de estos sucesos es distinto, unas cosas pasaron antes que otras o esas otras después, pero si hay algo en común es la sensación de libertad, de cariño, de respeto, miedo y felicidad mezclados a lo largo de ese o esos días. 

Queremos agradecer, finalmente, a Neiser, por su paciencia, cariño y amistad, por mostrarnos más de Asunción, por compartirla con todos, aún nos falta mucho por recorrer allá; también a Ginno, por su confianza y amistad, por darnos esa seguridad y permitirnos compartir más; y por supuesto, a todos los que fueron parte del grupo de las salidas: Laura, Katty, César, Lucía, Marianela, Brayan y Jhonny, por su compañía e interés en cada espacio de nuestra ciudad. 

DATOS GENERALES

Ubicación: Marra y El Milagro, Asunción, Cajamarca, Perú

Clima: frío y semiárido

Altitud: 2,229 m.s.n.m.

Temp. media anual:  11.6 ºC

Temp. máxima media: 20 ºC

Temp. mínima media:  4 ºC

Deporte: caminata, campamento, rápel, canyoning.

Hospedaje: sí (misma Asunción)

Época de visita: 

Todo el año

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